Las chinchillas son roedores endémicos de la mitad sur de Andes (Argentina, Chile, Bolivia y Perú) que han sido llevados al borde de la extinción a causa de la caza con fines peleteros.
Su manto de pelo le permite soportar las bajas temperaturas y las acusadas oscilaciones térmicas (de hasta -20ºC nocturnos y +20ºC diurnos) de las zonas rocosas andinas en las que viven; asimismo, este pelo les sirve como mecanismo de escape ante los depredadores, ya que son capaces de soltar gran cantidad de pelo una vez son atrapadas por estos.
Son animales bastante longevos, entre 8 y 15 años según especies, aunque pueden llegar a los 20. Son preferentemente nocturnos, aunque también tienen actividad durante el día. Suelen parir uno o dos gazapos por vez tras un largo periodo de gestación (111 días), por lo que nacen con los ojos abiertos, pelos y dientes, siendo capaces de comer y andar a las pocas horas. Se alimentan de plantas, frutas, semillas e insectos.
Su gran flexibilidad y la longitud de las patas traseras les permite dar grandes saltos, mientras que las cortas paras anteriores se usan para manipular objetos, especialmente comida.
Las chinchillas son animales sociales que viven en grupos de varios individuos. Las colonias están jerarquizadas y subdivididas en grupos familiares, con una reproducción poligínica (un macho y varias hembras). Como todos los roedores son animales muy activos y flexibles que necesitan estar en constante movimiento, así como asustadizos, especialmente a los ruidos. Obviamente, las chinchillas usadas como mascotas o con fines peleteros siguen siendo sociales y muy activos, por lo que el aislamiento y el confinamiento les afecta de forma muy marcada.
Una de sus mayores aficiones en libertad son los baños de arena o cenizas, con los que mantienen su pelaje en buen estado.
Las pieles de chinchilla
La piel de la chinchilla es considerada la más suave del mundo y es 30 veces más suave que el cabello humano, lo que ha atraído a la industria peletera desde mediados del siglo pasado. Se utilizan para hacer abrigos, gorras, bolsos y otros accesorios. De hecho, una vez que se dejó de utilizar el oso polar, la piel de chinchilla y la de marta cibelina se convirtieron en las dos pieles exóticas más caras y codiciadas.Durante el período 1994-1996, EE.UU. encabezaba la producción mundial de pieles de chinchilla, seguido por Canadá, Alemania y Argentina. Dado que la producción de pieles es mucho más barata en Sudamérica que en los países nórdicos o de América del Norte, es en el Cono Sur, y especialmente en Argentina, donde se produce un crecimiento enorme de la producción de pieles de chinchilla desde finales de los años 90.
Actualmente, los principales productores de piel de chinchilla son Argentina, líder mundial con 110.000 pieles calculadas para el año 2009, Brasil, Croacia, Republica Checa, Polonia y Hungría. Desgraciadamente, la demanda de pieles de este animal se mantiene muy alta en todo el mundo, superando a la oferta y manteniendo este cruel negocio. Los principales mercados están en Japón, China, Rusia, EE.UU., Alemania, Italia, y España.
La piel obtenida se comercializa de dos modos, curtido y sin curtir. La piel mejor paga es aquélla que alcanza mayor oscuridad, densidad y tamaño. España tiene curtidurías propias, con lo que importa entre un 30% y un 40% de las pieles en crudo, de las que exporta una parte una vez curtidas.
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